jueves, 11 de agosto de 2011

Tenistas histriónicos

La locura en el tenis es algo que no arrancó con el serbio Novak Djokovic y sus imitaciones. Ya hace 20 años, un tal John Mc Enroe era conocido no sólo por lo virtuoso y la calidad de su juego, sino que también por sus reacciones durante los partidos. Aquí, frente al Checo Ivan Lendl, Mac demostró que nunca le tembló el pulso a la hora de quejarse ante un Umpire.


McEnroe mantuvo sus pocas pulgas a lo largo de su carrera. Un compilado demuestra que tanto en sus inicios como ya retirado, sus problemas con la autoridad del tenis fueron constantes.



Otro tipo de histrionismo es el que pregonan jugadores como Novak Djokovic o el francés Gael Monfils. El actual Nº1 del mundo es lo que conocemos como un "caradura" dentro y fuera de la cancha. Conocidos son sus dotes para imitar a varios tenistas del circuito, como Nadal, Roddick o la mismísima María Sharapova. Fuera de la cancha, y junto a su amigo Viktor Troicki, protagonizó un video en el que imitan al clip que hicieron Rafa Nadal y Shakira.



En relación al francés, es un jugador muy talentoso que utiliza su carisma para levantar partidos, mediante la arenga al público, o con puntos a los que le pone un grado de espectacularidad poco usual.

Un párrafo aparte hay que hacerle al austriaco Daniel Koellerer, ex tenista odiado por varios colegas suyos. Solía hacer de cada partido un show de exageraciones, quejas y gritos que hacía incomodar al resto de los jugadores. Aquí, en un Challenger de Polonia, el uruguayo Pablo Cuevas lo sufre en carne propia. ¿Qué le pasó a Koellerer?

En fin, jugadores histriónicos hubo siempre en el tenis. Desde la época de Mc Enroe hasta hoy en día, con Novak Djokovic haciendo de actor. Sin embargo, el único que lograba molestar al resto de los tenistas era Daniel Koellerer. El 31 de Mayo de este año, "Crazy Dani" fue suspendido de por vida del tenis, ya que estuvo vinculado al arreglo y manipulación de partidos. Llamativamente, esto fue recibido con una sonrisa por casi todo el mundo del tenis. Sin dudas, lo mejor que se pudo haber hecho.