Federer, apodado por algunos como "su majestad", es para el mundo del tenis el mejor jugador de la historia. Esto se debe a un conjunto de cosas: técni
ca, mentalidad fria, talento. Roger lo tiene todo. Su época de esplendor fue entre el 2004, cuando llegó por primera vez a ser el número uno del mundo, y el 2008, cuando fue derrocado por Rafa. Pero sus números asustan: 67 títulos ganados (16 Grand Slam), 792 partidos ganados
y tan solo 186 perdidos, 65 victorias seguidas sobre césped, 8 años consecutivos terminando entre los primeros 2 del ranking (2003-2010), entre tantos otros records.
Pero un 6 de julio de 2008, y con la final de Wimbledon como escenario, su reinado cae derrotado ante un Rafael Nadal que venía en alza. A pesar de esto, fue el partido más emotivo y uno de los que más se recordará entre ellos.
En cuanto a Nadal, posee características que lo difiere del resto: corre todas las pelotas como si fuera la última, juega punto por punto y tiene una mentalidad ganadora que, sin dudas, es su fuerte. Además, es el rey del polvo de ladrillo: ganó en seis oportunidades Roland Garros, sin contar que toda la gira de esta superficie, por lo general, queda en sus manos.
Un partido como un Federer-Nadal era el que todos esperaban ver en una final de cualquier torneo. Cada uno, con el profesionalismo que los caracteriza, hacen que sea la rivalidad más grande en la historia del tenis. Aunque afuera de las canchas, se llevan de maravillas.